La cantante de 21 años será una de las grandes novedades del próximo Lollapalooza. Aunque sus inicios fueron como chica Disney, su carrera musical hizo que se sacudiera ferozmente esas etiquetas, convirtiéndose en un ícono adolescente por la sinceridad de sus letras, a la vez que abrazaba la música de la generación de sus padres.
Una chica Disney de 17 años escribe una canción porque sacó su licencia de conducir. El prejuicio podría suponer un tema alegre, que hable de salir de fiesta con sus amigas o recorrer carreteras. Pero no. Olivia Rodrigo ocupó ese hito para hacer una apasionada balada en que le canta a su ex. Le recuerda cómo soñaban con que ella pudiera manejar hasta su casa, le cuenta que lloró al pasar por su calle y le confiesa lo celosa que se siente de su nueva pareja, que es rubia y mayor que ella, que es todo lo que la hace sentir insegura.
La canción es “Drivers license” y fue publicada el 8 de enero de 2021 como el primer sencillo oficial de la carrera de Olivia Rodrigo, dando inicio a una exponencial sucesión de hitos y récords para la cantante. En unos pocos días, pasó a ser la artista más joven en llegar al primer puesto del Hot 100 de Billboard, Taylor Swift le comentó en su Instagram que estaba orgullosa de ella y el tema se convirtió en la canción que más rápido superó las 100 millones de reproducciones en la historia de Spotify.
Un mes después de su publicación, un sketch de Saturday Night Live reflejaba bien su efecto. En él, el elenco del programa interpretaba a un grupo de hombres de mediana edad que jugaban pool en un ambiente muy masculino. Toda cambia cuando empieza a sonar “Drivers license”, haciendo que todos terminen abrazados cantando la canción y expresando sus sentimientos al respecto.
Las imágenes cotidianas pero evocadoras que plantea Rodrigo en “Drivers license” permiten perfilarla como letrista y trazar las influencias que ha tenido en ella nombres como la misma Taylor Swift y Lorde. Sobre esta última, dijo en una entrevista a The Guardian: “Ella habla acerca de manejar en los suburbios, ir a la escuela y todo el drama de su grupo de amigos. Recuerdo haberme sentido tan vista: ella toma estas experiencias normales que todos atravesamos y lo convierte en algo realmente hermoso y artístico. Siempre quise escribir una canción como esas”.
“La primera vez que la escuché me llamó mucho la atención su forma de escribir, de componer. Era una forma muy fresca y sentimental de contar las experiencias de su vida”, cuenta la cantante chilena Esteza. Su colega, Javi Wayne, la complementa: “Me impactó que era una canción súper mega sad, una canción muy triste”.
El efecto de la canción se potenció además por las especulaciones que había en redes sociales sobre a quién iba dirigida la letra. Hasta antes de lanzar su carrera musical, Rodrigo era conocida por su faceta como actriz, principalmente como protagonista de la serie de “High school musical”, inspirada en la película del mismo nombre. Ahí tuvo un romance con su compañero de elenco, Joshua Bassett, quien luego empezó una relación con la también cantante y actriz Sabrina Carpenter, lo que habría inspirado el despecho de Rodrigo.
Más allá de que algunas referencias que hacía la letra calzaban con la historia del supuesto triángulo amoroso, los rumores siguieron creciendo con los lanzamientos musicales de los otros involucrados. Bassett estrenó al poco tiempo “Lie, lie lie”, donde cantaba sobre alguien que se hacía la inocente pero que también tenía la culpa; mientras que Carpenter publicó “Skin”, donde decía “estoy feliz y tú lo odias, no te estoy pidiendo que lo dejes ir”.
De todos modos, ninguna de esas canciones pudo igualar el éxito de “Drivers license”. Además, en entrevistas Rodrigo evitó profundizar en la polémica, diciendo que no estaba bien que otra mujer recibiera críticas por las posibles interpretaciones que podía tener una canción.
Música por sobre actuación
El éxito de “Driver license” fue sorpresivo pero no vino de la nada. Cuando Rodrigo estaba trabajando en “High school musical”, desde la producción de la serie notaron que ella estaba subiendo a Instagram algunas canciones de su autoría. Como necesitaban una canción para su personaje, le sugirieron que podía intentar escribir algo. A los tres días, Rodrigo llegó con “All I want”, una balada de piano y voz que no solamente fue incluida en la serie, sino que se convirtió en la mayor éxito del soundtrack de la primera temporada, viralizándose en TikTok y entrando al Hot 100 de Billboard.
Aunque llevaba actuando desde los 11 años, los buenos resultados que tuvo su composición hicieron que se acercara como nunca a su verdadero sueño, el de hacer una carera musical cantando sus propias canciones. Según un reportaje de Billboard, fueron muchos los sellos discográficos que se acercaron a ella luego del éxito de “All I want”, ofreciéndole incluso contratos por cerca de 10 millones de dólares. Sin embargo, Rodrigo optó por la oferta que le propuso Geffen Records, parte del grupo Interscope Geffen A&M, que habría rondando los dos millones de dólares.
“Todos los demás sellos discográficos importantes decían: ‘Podrías ser una estrella’. Y recuerdo haber entrado en Interscope por primera vez y que me dijeron: ‘Nos encanta tu composición. Creemos que eres una gran compositora y eso es lo más importante para nosotros’. Y recuerdo que dije: ‘Está bien, aquí es donde se supone que debo estar’”, contó Rodrigo en aquel artículo.
En otra entrevista, con la revista Clash, complementó esa mirada. “Siempre pensé en mí misma como una cantante-compositora que llegó a actuar y le gustó, más que como una actriz niña que dice: ‘Ahora quiero ser una estrella de pop’”.
Además, trascendió que el acuerdo con Geffen contemplaba que Olivia Rodrigo fuera la dueña de los masters de sus canciones, ganando un derecho que suele ser un dolor de cabeza para los artistas emergentes, y que ha llevado a cantantes como Taylor Swift a volver a grabar sus primeros discos, para así tener la posibilidad de recibir mayores réditos económicos de ellos.
La llegada de Rodrigo a Geffen fue también un movimiento interesante considerando su procedencia. Emblemáticas chicas Disney como Miley Cyrus, Demi Lovato y Selena Gomez comenzaron sus carreras musicales bajo el alero del sello de la compañía del Ratón Mickey. En cambio, la autora de “Drivers license” decidió desmarcarse desde el principio de aquel rótulo, demostrando una vez más que su intención era ganarse un espacio propio en la industria.
Influencias rockeras
Detrás de un buen debut siempre viene una oleada grande de expectativas en torno a lo que pasará después. El éxito de “Drivers license” tenía a todos los ojos de la industria musical preguntándose sobre los próximos movimientos de Olivia Rodrigo, aunque ella tenía la respuesta desde antes.
Durante los primeros meses de pandemia, se impuso una rutina de escribir una canción todos los días. Así, después de cuatro meses ya tenía el núcleo de lo que se convertiría en su primer disco, “Sour”. La producción del trabajo la asumió Dan Nigro, que encarna bien la mixtura de estilos que representa Rodrigo. Si bien Nigro ganó fama como vocalista de la banda de indie rock As tall as lions, como productor ha abrazado el pop ligándose con nombres como Kylie Minogue, Caroline Polachek, Chappell Roan y Conan Gray.
Aunque “Drivers license” era una balada, y “Deja vu”, el segundo single siguió una línea similar, Rodrigo demostró con su tercer sencillo que su paleta sonora era más amplia que eso. Se trata de “Good 4 u”, un tema de pop punk, con marcadas guitarras eléctricas y pulso rápido, que a nivel lírico parecía profundizar en la historia de desamor del sus dos primeras canciones, con una acidez que ya se hacía característica. “Supongo que la terapeuta que encontré para ti realmente ayudó, ahora puedes ser un mejor hombre para tu nueva chica”, cantaba.
El álbum completo se publicó una semana después de ese último adelanto e incluía otros ocho temas inéditos. Los sencillos resumían bien las dos caras de Rodrigo, la de las baladas vulnerables y la del pop rock desenfadado, que tenía claras reminiscencias de nombres como Avril Lavigne y Paramore.
Rodrigo también ha confesado estar influenciada por los gustos de sus padres, un terapeuta familiar de origen filipino y una profesora de ascendencia alemana-irlandesa. En la casa de infancia de Rodrigo, ubicada en la tranquila ciudad californiana de Temecula, se escuchaban bandas como Pearl Jam, No Doubt, Green Day y The White Stripes.
Otra de las artistas que descubrió gracias a sus padres, a los 13 años, fue Alanis Morissette, con quien comparte cartel en Lollapalooza y con quien guarda un especial vínculo. Debido a la influencia que había tenido la canadiense en Rodrigo, y en medio de la locura desatada por “Sour”, la revista Rolling Stone reunió a ambas cantantes en una entrevista en conjunto, donde se manifestaron respeto mutuo. En un momento Rodrigo le celebraba a Morissette su honestidad para hablar de temas que normalmente no abordan los compositores, a lo que ella le respondió: “Tú estás haciendo lo mismo”.
Desde la organización de Lollapalooza, no descartan que el vínculo entre Rodrigo y Morissette pueda devenir en una sorpresa para sus shows en Chile. “Siempre en los festivales nosotros esperamos que se produzcan ese tipo de colaboraciones porque generan momentos mágicos. Olivia y Alanis han estado interactuando y se cacha que se llevan bien y también son bien afines por esta mezcla de pop y rock, pero todo está por verse una vez que revelemos los line up diarios”, señala Jorge Merino, promotor de Lotus, la productora detrás del festival.
“Sour” confirmó el estilo lírico de Rodrigo, lleno de imágenes cotidianas que resuenan fácilmente entre la fragilidad, ironía y rabia adolescente. En “Brutal”, la canción introductoria del disco, se abre acerca de sus inseguridades sociales; en “Traitor”, que escribió llorando en su cama, se cuestiona el concepto de fidelidad en una pareja; y en “Jealousy, jealousy” habla de sus ganas de tirar su teléfono cuando ve a mujeres con cuerpos y dientes perfectos en redes sociales.
“Siento que ella pone en sus letras las cosas más reales que le han pasado en su vida. Llevar esos elemento de cotidianidad a tu letra hacen que uno como oyente se pueda identificar mucho más”, opina Esteza.
Rodrigo admitió a Billboard que en algún momento pensó en que debía hacer un disco más festivo, pero no le resultó. “Soy una compositora que escribe desde un lugar de autenticidad y verdad. Y, sinceramente, el amor, la felicidad y todo eso no eran sentimientos que yo estuviera sintiendo en ese momento”, dijo.
Lo cierto es que, tal como había pasado con “Drivers license”, la autenticidad del disco conectó con el público y la crítica. Fue el disco más escuchado en Spotify en 2021, hizo que Rodrigo se llevara tres premios Grammy, inspiró un documental de Disney y fue presentado en vivo en una gira por casi 50 ciudades de Europa y Norteamérica, a pesar de que la cantante casi no tenía experiencia dando conciertos. Incluso, ese año se reunió con Joe Biden en la Casa Blanca, ya que fue elegida por el gobierno estadounidense como rostro de una campaña para fomentar la vacunación.
Debut en Latinoamérica
En medio de una industria que exige omnipresencia e hiperconexión, son pocos los artistas jóvenes que pueden y se atreven a respetar sus propios ritmos de creación. En julio de 2022, Rodrigo terminó la gira de “Sour” y prácticamente desapareció del ojo público por un año. Su robusto debut le dio el privilegio de no tener que estar planeando lanzamientos constantemente ni de hacer colaboraciones con otros artistas. De hecho, hasta la fecha no ha hecho ninguna, toda una rareza en los tiempos que corren.
Si en la pandemia Olivia Rodrigo se obligó a escribir una canción al día, después de lanzar “Sour” la cantante probó lo contrario, decidió no escribir nada durante seis meses y salir a vivir experiencias que le permitieran tener material para crear nuevas canciones. El resultado está a la vista en “Guts”, su segundo disco, lanzado hace un año. El trabajo sigue cargando con la etiqueta de juvenil pero presenta a una Olivia Rodrigo ligeramente distinta, evidenciando el paso de los años y, por supuesto, los efectos de la fama mundial.
El disco profundiza en el ying y el yang que presentaba Olivia Rodrigo en “Sour”, intercalando sentidas baladas con enérgicas canciones de de inspiración rockera, demostrando que el sonido de su debut no era simplemente una apuesta por un revival, sino que formaba parte de su identidad
“Siempre he amado la música rock y siempre he querido encontrar una manera de hacerla sentir como yo, y hacerla sentir femenina y aún contar una historia y tener algo que decir que sea vulnerable e íntimo”, dijo al New York Times.
“Siento que faltaba una chica popera rockera y que hace tiempo no se veía alguien así. Siento que está reviviendo o actualizando mucho el género porque estábamos escuchando mucha música envasada, que también está súper bien, pero encuentro hermoso esto otro porque la experiencia en vivo es otra”, opina Javi Wayne.
Los contrastes de ánimo de las grabaciones de Olivia Rodrigo son los mismos que están marcando su actual gira mundial, que será la que la hará debutar en Chile como parte del próximo Lollapalooza.
Si bien en su primera gira la cantante se presentó en teatros, argumentando que no quería saltarse etapas, el recorrido de su segundo álbum ha aterrizado en algunas de las arenas más importantes de Europa y Norteamérica, faltando aún las paradas en Asía, Oceanía y Latinoamérica.
Desde Lotus admiten que habían estado sondeando a Olivia Rodrigo para ediciones anteriores de Lollapalooza y, aunque no se concretó, la conversación quedó abierta para incluirla definitivamente en en el cartel de 2025. Jorge Merino explica que, al ser su debut en Latinoamérica, su llegada al festival implica una apuesta tanto para ellos, como para su equipo, aunque también puede ser un primer paso para luego volver a dar shows en solitario.
“A los artistas les encanta el festival como forma de penetrar y conocer localmente para entender también cuál es su alcance, cuál es su popularidad, a ver si la apuesta es buena o es mala. Ya después, cuando eligen el vehículo del show solitario, vienen con mucha más certeza, con muchas más seguridad y se sienten mucho más cómodos”, dice Merino, que dice que la positiva reacción de los fans al ver el nombre de Rodrigo en el cartel, ha sido un espaldarazo.
Acompañada de una banda conformada solo por mujeres y personas no binarias, en la actual gira Olivia Rodrigo monta un show donde hay espacio para baladas sentada al piano pero principalmente para explorar su faceta rockera, la que es acompañada por un público que, por su rango etario, quizás nunca ha tenido la posibilidad de experimentar una energía musical que hasta hace poco parecía en desuso.
“Puede que el pop-punk esté resurgiendo gracias al revival de los años 90 y 2000, pero da la sensación de que Rodrigo recurre al género con bastante sinceridad”, escribió sobre su show The Guardian, tras su paso por Glasgow. Por otro lado, el sitio especializado Mondo Sonoro, publicó tras su concierto en Madrid: “Es una estrella pop que sabe combinar a la perfección los viejos rituales del rock con los nuevos modos de un espectáculo actual de arena-pop”.
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