Una nueva encuesta nacional en el Reino Unido revela que el 80% de los jóvenes de la Generación Z apoya el uso de la edición genética en la agricultura.

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Jóvenes de este rango etario se posicionan como motor de cambio hacia sistemas alimentarios más sostenibles, resilientes y tecnológicos, marcando una tendencia que crece en todas las edades.

El debate sobre el futuro de la agricultura ya no es exclusivo de científicos y autoridades. Hoy, son los jóvenes quienes están marcando el rumbo. Un estudio realizado por British Sugar indica que dos tercios de los adultos británicos, correspondiente al 69%, apoyan el uso de edición genética en cultivos junto a la Generación Z (nacidos entre fines de los 90 y los 2000) a la cabeza con un 80% de aprobación.

Los principales motivos que impulsan esta tendencia son la sostenibilidad ambiental y la seguridad alimentaria. Un 44% de los encuestados destacó los beneficios ecológicos de esta tecnología que permite reducir el uso de pesticidas y fertilizantes, mientras que un 50% subrayó la necesidad de enfrentar el alto costo de los alimentos mediante cultivos más resistentes y productivos.

Para responder a este interés, British Sugar encabezó un ambicioso proyecto junto al Centro John Innes y Tropic Biosciences, enfocado en el  desarrollo de remolacha azucarera editada genéticamente. Con un fondo público de 660 mil libras, la iniciativa busca mejorar la resiliencia de este cultivo ante enfermedades, reduciendo pérdidas y garantizando estabilidad de precios.

A pesar de los avances, persisten algunos mitos. Un 38% de los encuestados manifestó dudas éticas y un 34% preocupación por la salud. Sin embargo, los expertos aclaran que, a diferencia de la modificación genética realizada por transgenia, la edición genética no introduce genes externos, si no que imita procesos que ocurren en la naturaleza, a través de herramientas precisas y seguras.

El Director Ejecutivo de ChileBIO, el Dr. Miguel Ángel Sánchez, afirmó que “La Generación Z está comprendiendo mejor que nadie los desafíos alimentarios y ambientales del futuro. Su apoyo a la edición genética muestra una conciencia activa sobre la necesidad de innovar en la agricultura. Este respaldo ciudadano, especialmente entre los jóvenes, debe ser una señal para los distintos países para avanzar en la aceptación de estas tecnologías e implementarlas con una visión de futuro”.

Este nuevo panorama confirma que el camino hacia una agricultura más inteligente y sostenible no solo es posible, sino también socialmente deseado. El desafío ahora está en que gobiernos, centros de investigación y la      industria alimentaria trabajen en        conjunto para acelerar la implementación de estas soluciones, asegurar su acceso y educar a la ciudadanía sobre su potencial. La edición genética ya no es solo una promesa científica, sino que es una herramienta concreta para garantizar la seguridad alimentaria del futuro.