Concejales y diputados cuestionan la decisión del edil, quien se ausentará por dos semanas en medio de denuncias administrativas y tensiones internas en el municipio.
El alcalde de Ñuñoa, Sebastián Sichel, informó que tomará vacaciones entre el 3 y el 15 de julio, a solo siete meses de haber asumido el cargo el pasado 6 de diciembre. La medida fue comunicada en medio de una creciente tensión al interior del municipio y ha provocado duras críticas desde el concejo comunal y el Congreso.
Críticas por oportunidad de la decisión
Desde distintos sectores, concejales y parlamentarios calificaron como “imprudente” la decisión del jefe comunal, señalando que su ausencia ocurre en un contexto especialmente sensible para la comuna. Actualmente, Ñuñoa enfrenta denuncias por presuntas irregularidades administrativas, así como un clima de creciente tensión al interior del Concejo Municipal.
“Es una falta de criterio político mínimo que, en medio de esta situación, el alcalde decida ausentarse”, señaló un concejal que pidió reserva de identidad.
La situación recuerda lo ocurrido con el alcalde de Santiago, Mario Desbordes, quien también fue criticado por tomarse vacaciones al poco tiempo de haber asumido. En ese caso, los cuestionamientos apuntaron a la falta de sintonía con las urgencias del territorio.
¿Quién queda a cargo del municipio?
Hasta ahora, desde la administración comunal no se ha confirmado oficialmente quién ejercerá la subrogancia durante el periodo de vacaciones. Sin embargo, fuentes municipales indican que será el administrador municipal, Tomás Fuentes, estrecho colaborador de Sichel y exjefe de gabinete del Ministerio de Desarrollo Social.
El silencio de la autoridad sobre temas pendientes o una hoja de ruta clara durante su ausencia ha sido parte de las críticas. Se desconoce si se abordarán los asuntos en conflicto antes del inicio de sus vacaciones.
Debate sobre permisos en autoridades recién asumidas
La controversia pone sobre la mesa un tema recurrente: la oportunidad en que autoridades electas ejercen su derecho a vacaciones. Para algunos, se trata de un derecho laboral legítimo; para otros, una señal de desconexión con las prioridades ciudadanas, especialmente cuando las comunas enfrentan escenarios de alta conflictividad interna o demandas sociales no resueltas.
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