Promoviendo culturas organizacionales de respeto y cuidado mutuo
Por: Antonia Bustillos y Josefina López, analistas de Gestión Social.
Se cumple un nuevo año desde el movimiento #MeToo en Estados Unidos y del mayo feminista en Chile, un nuevo año donde podemos reflexionar sobre el progreso hacia espacios laborales libres de acoso y violencia. La reciente promulgación de la Ley 21.643, conocida como «Ley Karin», marca un hito importante en esta lucha al dirigirse directamente al mundo laboral con medidas concretas para prevenir, investigar y sancionar el acoso sexual y laboral.
Esta ley no solo modifica aspectos del Código del Trabajo y otros marcos legales, sino que también asigna un rol activo a las empresas en la creación de entornos seguros y respetuosos. A través de Códigos Éticos o reglamentos internos podíamos revisar estos temas, pero hoy los tiempos han cambiado, las personas demandan cambios profundos donde se elaboren protocolos preventivos y planes de capacitación que aborden los riesgos psicosociales desde una perspectiva de género.
¿Por qué es tan urgente? En el último año, las cifras de denuncias recibidas por la Dirección del Trabajo, revelaron que el 67,59% fueron de naturaleza laboral y el 32,41% sexuales, mayoritariamente presentadas por mujeres.
La implementación de la Ley Karin trabaja en conjunto con iniciativas como NCG461 de la Comisión para el Mercado Financiero -obligando a las grandes empresas a reportar sus políticas de prevención del acoso y las denuncias recibidas- aunque en la realidad solo una minoría de empresas capacitó adecuadamente a su personal en estas temáticas, demostrando que queda un largo camino por recorrer aún.
Es fundamental reconocer que la igualdad de género no es solo un requisito legal, sino un imperativo moral y económico. La Ley Karin y otras regulaciones similares representan una oportunidad para transformar radicalmente la forma en que trabajamos y nos relacionamos en el ámbito laboral. Es responsabilidad de todas las partes interesadas, desde los empleadores hasta los trabajadores junto con los organismos reguladores trabajar unidos para construir un futuro donde el acoso y la discriminación sean cosas del pasado y donde todos puedan contribuir y prosperar en igualdad de condiciones.