El candidato presidencial José Antonio Kast reafirmó su plan de recortar USD $6 mil millones del gasto público, asegurando que no afectará a programas sociales y desafiando a la ciudadanía a evaluarlo a mitad de mandato.
El candidato republicano, José Antonio Kast, defendió con fuerza su propuesta de reducir el gasto fiscal en USD $6 mil millones durante un conversatorio en Clapes UC, en el marco del ciclo “Seminarios Presidenciales 2025: Propuestas para Chile 2026-2030”. Según afirmó, el recorte será “ambicioso, pero realista” y no tocará los programas sociales que benefician directamente a la ciudadanía.
Un plan “ambicioso” en 18 meses
Kast fue consultado sobre la viabilidad de la medida y el ajustado plazo que anunció: 18 meses desde el inicio de su eventual mandato. “Nada es imposible y nosotros lo vamos a hacer efectivo sin bajar los gastos sociales, que es lo que preocupa a algunos más de la cuenta”, aseguró.
El republicano señaló que su propuesta busca marcar una diferencia clara frente a lo que considera políticas de gasto ineficiente. “¿Es una meta ambiciosa? Sí, súper ambiciosa. Habría sido más fácil rebajar mil o 1.500 millones y dejar tranquilos a todos, pero ¿qué sentido tendría? Ninguno”, agregó.
Un recorte dividido en dos vías
El plan contempla dos mecanismos: USD $3 mil millones por vía administrativa y otros USD $3 mil millones que requerirán del compromiso del Congreso. En este sentido, Kast subrayó la importancia de alcanzar una mayoría parlamentaria para viabilizar la medida.
“De esos 6 mil millones, nosotros decimos que 3 mil van a ir por una vía administrativa y otros 3 mil necesitan la responsabilidad de los parlamentarios. Por eso es tan importante ganar la mayoría parlamentaria”, planteó.
“Júzguenme a los 18 meses”
El candidato desafió a la ciudadanía y al Congreso a evaluar los resultados de su gestión fiscal en un plazo claro. “Usted me podrá juzgar a los 18 meses. En 18 meses más, si yo soy Presidente, júzgueme y pídame el cargo”, sostuvo Kast, recalcando que su propuesta será un test de confianza y liderazgo.
Con este mensaje, el republicano busca instalar la idea de que su eventual administración se medirá rápidamente por su capacidad de ordenar las cuentas fiscales sin afectar el gasto social, uno de los principales puntos de debate en la actual campaña presidencial.
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