Un hombre llamado Miguel da vida al movimiento “El Hombre Invisible” para visibilizar a quienes viven con estrés financiero, conectando deuda y salud mental.
Miguel, conocido en las últimas semanas por aparecer sin rostro con un cartel, expresó en el podcast “El sentido del humor”: “Me siento invisible para el sistema”. Su testimonio ha conectado con miles de chilenos, quienes sienten que la banca y el sistema financiero no los reconocen. Esta historia motivó la creación del Instagram @invisibles_cl, un espacio donde Miguel busca articular un movimiento ciudadano para generar cambios en la realidad financiera de millones.
No se trata de un caso aislado. En Chile, 7 de cada 10 personas reporta estrés relacionado con la salud financiera, mientras que el 58% de quienes presentan síntomas de depresión aseguran vivir con deudas complicadas. La historia de Miguel es, por lo tanto, un espejo de lo que enfrentan millones de compatriotas.
La conexión entre deuda y salud mental
Para Verónica Aliaga, psicóloga clínica y especialista en autoestima y gestión emocional, la deuda no es solo un problema económico: “Está estrechamente relacionada con la salud mental, porque no se queda en los números, afecta cómo nos sentimos, nos relacionamos y proyectamos nuestra vida”.
El estrés financiero genera múltiples impactos: golpea la autoestima, provoca vergüenza y estigmatiza, afectando las relaciones personales. “Frente a esta realidad, muchas personas sienten que no cumplen con lo que se espera de ellas. Esa sensación se repite, se instala y refuerza la idea de fracaso, pudiendo derivar en ansiedad, depresión o bloqueo vital”, explica Aliaga.
Invisibilidad y aislamiento: un efecto silencioso de la deuda
El efecto más silencioso del sobreendeudamiento es el aislamiento social. Quienes enfrentan estas dificultades suelen dejar de hablar del tema y se alejan de familiares y amigos para evitar juicios o críticas. Miguel lo describe como una sensación real de invisibilidad: cuando la persona calla y el entorno deja de preguntar, el dolor queda atrapado sin espacio para ser compartido.
Actualmente, más de 4 millones de chilenos están morosos y cerca de 1 millón está sobreendeudado. Miguel explica: “No se trata solo de no poder acceder a un crédito, se trata de no poder avanzar, de sentir que todas las puertas se cierran”. Su historia, viralizada en redes, abre un debate urgente sobre cómo la salud mental y la situación financiera se cruzan en la vida de las personas.
Aliaga concluye: “Ser invisible financieramente no es una metáfora, es una realidad que afecta proyectos de vida y salud emocional. Reconocer esta conexión es el primer paso para aliviar el peso y abrir espacios de apoyo y acompañamiento”.
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